lunes, 28 de noviembre de 2011

Yo aquí, ¿quién allá?

Hermosuras de mi heart, ¿siguen ahí? Lo sé, lo sé… Me arropa la terrible culpa de no haber posteado en un mes. De que ni me atrevo a mirarles directamente a las caritas.

Pero este (justo y necesario) tiempo que estuve fuera sacó lo mejor de mí en tantas áreas que ni empiezo. Estuve de viaje misionero. Y lo que pueda decirles de lo que viví por las calles de Cali, Colombia se queda corto. Me encontré con un país de gente noble, dulce y sobretodo tan receptiva a la palabra de fe y esperanza que humildemente teníamos para ofrecer. Es como si sintiera que mi copa se ha desbordado de la inigualable bendición que viene de simplemente servir.

Y aunque hubiera deseado no haberme abrumado con todo lo que acontece pre y post de hacer un viaje, para planificar mejor y no dejar el blog tan solito por tantos días, no cambio este periodo de “desconectamiento” por nada.

Puedo decir que este, mi primer viaje misionero, ha marcado mi vida para siempre. Le pido a Dios que guarde como tesoros en mi corazón todos los recuerdos de Colombia y su gente bella. Ciertamente, no fue un sacrificio, sino todo un privilegio trabajar para la obra.

Ahí nos volvemos a leer. Prometo cositas “bodísticas” próximamente.

XOXO

1 comentario:

Silvia dijo...

Me alegra volver a tenerte por aquí y que el que no hayas estado haya sido por una causa tan noble (que no estuvieras mal de salud ni nada, que me alegra mucho que estés bien)
Así que bienvenida de nuevo!

Besos!