viernes, 30 de marzo de 2012

Ser una Invitada en tu Propia Boda {Parte I}

A todas las novias:: De todos los posts, mi esperanza es que lean este. Y luego de leerlo, que lo compartan con futuras novias. En serio, eso quisiera.

Lo he visto suceder. La novia que se las pasó las 9 horas de su boda en una bola de emociones. No exactamente porque es el día que marca el resto de su vida al lado del hombre que ama, sino porque, simplemente NO-PUEDE-DEJARSE-LLEVAR. Disfrutar del momento tal como lo haría un invitado en su boda. Físicamente me duele cuando escucho de mujeres que estuvieron para arriba y para abajo, pendientes a todo, que ni siquiera pudieron sentarse a comer un pedazo de su propio bizcocho de bodas. No-uh!

Está cool sentirnos buenos anfitriones y ver que los que nos rodean la están pasando bien, pero qué triste que tus invitados se lleven la experiencia placentera de tu boda, mientras tú te quedas con vagos recuerdos de algunas sonrisas, una cena que no te comiste, mucha gente felicitándote, un baile con tu marido que se cortó porque tenías que ir a pagarle al DJ… ¿Sí ven por donde voy?.

Cómo ser una invitada en tu propia boda::

{Delega} Whoa. Una buena coordinadora de bodas vale cada centavito. Pero si definitivamente no vas a añadir estos servicios en tu presupuesto, ten a alguien de confianza. Tu mamá, tu madrina de bodas, alguna de tus damas. Alguien en la que puedas delegar cosas que te quiten tiempo de, uh, ser la novia. Delega cosas como hacer los pagos a tus suplidores o guardar los regalos de bodas.

{Pruébalo todo} Y digo TODO. Que alquilaron un Photo Booth, pues para allá vas tú a sacarte fotos con tu marido. Que tienen una estación súper cool de postres, pues más vale que vea tu cara jartándose de tiramisú. El punto es que te ocupes de pasar por todas las exquisitas experiencias por las que pasan tus invitados, mientras tú estás muy ocupada, complaciendo a tu tía, que quiere sacarte mil y una fotos

{Síguelo andando} En las bodas siempre suceden momentos de, “esto no puede estar pasando”. Lo bueno es que, siendo tú la novia, se te otorga el pase de, “me importa un comino”. Suena fuerte, pero raras veces en la vida se obtiene este pase. ¡Úsalo! Si tu suegra entra en crisis porque parte de su traje se rasgó, síguelo andando. Deja que alguna de tus damas bregue con el drama. Si tus tíos comienzan a pelear sobre política en plena recepción, tienes permiso de darte la media vuelta y seguirlo andando.


No importa lo que sea. Que tenías invitados vegetarianos, de los que específicamente le avisaste al Caterer, y les están sirviendo steak. Que hay que pagarle al chofer de la limosina. Que, sin querer, sentaron en la misma mesa a tus primos que no se llevan para nada. ¿Sabes qué? No importa. Nunca vas a poder complacer a todo el mundo, así que tu único trabajo en las 9 horas que dure tu boda es PROTEGER TU PROPIA EXPERIENCIA.

Se sienten un poquito aliviadas. ¿Sí? Hay más. Asegúrense de agarrar la segunda parte de este post.

Disfruten de su weekend, preciosuras.  XoXo

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Foto: Sarah Rhoads Photographers / Style Me Pretty

2 comentarios:

Mr kane dijo...

Nos encanta tu blog!

Un saludo,
California Dream. http://thecaliforniashop.blogspot.com

Karisha {Ruborosa Blog} dijo...

Qué bueno! Gracias! ;D