Me gusta pensar que todas nacemos con un microchip en la mano izquierda que se activa cuando se nos coloca la esperada sortija de compromiso. Afecta nuestras neuronas y nos convierte en novias-depredadoras-robóticas al borde de la demencia.
Hace unos días un amigo, quien sabe cuánto aprecio que haga el esfuerzo de contarme cada detalle de su aproximada boda, me decía de cuán cargados estaban los ánimos entre su novia y él por los preparativos. Me daba risa interna cada vez que echaba los ojos para atrás al mencionar la tradicional ceremonia católica de 2 horas a la que su, antes adorada novia, quería someterlo. Yo lo escuché por largos minutos, sonriendo y asintiendo en solidaridad, hasta que de mi boca deliberadamente salió algo así: “Trata de entenderla.”
Hace unos días un amigo, quien sabe cuánto aprecio que haga el esfuerzo de contarme cada detalle de su aproximada boda, me decía de cuán cargados estaban los ánimos entre su novia y él por los preparativos. Me daba risa interna cada vez que echaba los ojos para atrás al mencionar la tradicional ceremonia católica de 2 horas a la que su, antes adorada novia, quería someterlo. Yo lo escuché por largos minutos, sonriendo y asintiendo en solidaridad, hasta que de mi boca deliberadamente salió algo así: “Trata de entenderla.”
El sueño de la boda de una mujer pasea por su cabecita desde que tenía 7 años y se ponía una sábana blanca alrededor de la cabeza. En sus manos, un ramo de flores de papel de baño, mientras se miraba desfilando en cámara lenta frente al espejo. La presión que socialmente siente para que cada detalle en el trascurso de las 5 a 6 horas de su boda salga a la absoluta perfección, puede ser asfixiante. Y ni hablar de la abrumante industria de bodas con su 5,894.5 millones de opciones y posibilidades; basta con hacer un Google search poniendo "ideas para mi boda" para caer en el absoluto desquicie.
Si te sientes al borde o ya eres una buena versión de esta novia robótica, ¡STOP, respira y supéralo! Recuéntrate con el propósito original, que anduvo divagando solito por la calles, de por qué están haciendo todo: celebrar el amor que se tienen y seguir compartiendo por el resto de sus vidas. Trata de escuchar a tu chico (mira, que también es su día muchachita linda) y trabajen juntos para llegar a los famosos “happy mediums”. Cuando vienes a ver puede que aporte ideas interesantes que tú ni habías pensado.
¡Feliz viernes, mis amores!
(Update: Ya la noviecita bella de mi amigo desistió de la ceremonia eterna. Los planes para el bodorrio siguen muy en pie ;)
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Foto: Meg Perotti / Hey Gorgeous
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